lunes, enero 25

Sin conservantes ni colorantes

“Decir que algo es natural significa que se puede aplicar a todas las cosas”, Sócrates.

- Deme usted un refresco de cola light porque no quiero engordar - ¿Y si no quiere engordar, por qué se pide un refresco de cola? - Bueno, pues deme unas rosquillas bajas en calorías, o unas patatas que ni siquiera son patatas, o… - Concretemos: usted no pide eso por la opción de rebajar grasas. Usted se va a pedir lo que le dé la gana, y será ese producto el que se vuelva light para afianzar la compra.

En todo: lo natural. Esa es la reflexión que, aunque empiece hablando de alimentos, quisiera desviarla a los individuos, sirviendo uno metáfora del otro.

San Agustín en su definición de Fraternidad concluía que los miembros de esta debían no solo confiar en sus compañeros, sino llegar hasta el punto en el que uno conozca todos los pensamientos del otro, y este todos los míos. De esta forma se eliminarían las barreras que nos separan, las máscaras que interponemos entre nosotros y los demás por miedo a que nos conozcan. Y mediante la reconciliación fraterna eliminaríamos también el pecado dentro de la fraternidad. Si esto fuera posible, sería también posible un mundo en el que se eliminase toda falta.

Hay una frase célebre de Oscar Wilder que dice: “Ser natural es la más difícil de las poses”. No adquirir una fachada para cada persona o situación, actuar con total naturalidad ante las situaciones de conflictos porque no merecen más importancia que los pasos para su solución, no pensar mal de nadie porque ya conocemos sus defectos y virtudes, e igualmente que no importe lo que piensen los demás. No puedo estar más de acuerdo: es realmente difícil.

Valoro mucho esa naturalidad con la que algunos actúan: realmente puede evitar conflictos que no deben tener importancia alguna, se mueven con mayor libertad, con la única protección de la confianza en el prójimo, expresándolo todo, gastando al máximo sus talentos.

Me encantaría ser mucho más natural, tanto como un amigo mío al que valoro precisamente por esa cualidad. Y, claro, no digo su nombre porque, qué pensarían los demás…

jueves, enero 14

¿Cómo?

Quería definir una de esas palabras que usamos tanto: la expresión "¿cómo?", que dicha con cierta entonación expresa mucho más de lo que puede hacer un simple adverbio interrogativo.
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Digamos que es una incomprensión por parte del receptor a una información sorprendente, fuera de lugar o inverosímil.
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Esto nos hace ver, entre más connotaciones, el verdadero valor de las cosas ante la fugacidad del lenguaje, que se dispara del estómago a la lengua sin pasar siquiera por el corazón o el cerebro.
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Pero pongamos algunos ejemplos:
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- "Es que, me he enamorado..." - ¿Cómo? ¿Tan barata está hoy día esa palabra que la usamos ya para cualquier cosa? ¿Acabas de conocer a esa persona y ya puedes asegurar que estás enamorado? ¿Con qué definiciones nos estamos moviendo? Creo que es una palabra que merece menos desgaste, y soltar más gasto.
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- "Me encantaría pero estoy muy ocupado" - ¿Cómo? Érase una vez un hombre a un mando de la wii pegado. Doble "cómo" diría yo, porque al final lo que los dos habíamos pedido, yo solo me lo como.
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- "Entonces, ¿en qué hemos quedado?" - ¿Cómo? Si te lo acabo de explicar...
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Nunca debemos olvidar que como individuos tendemos a crear un mundo a nuestro alrededor, lo que nos obliga a pedir un pasaporte a todo el que intenta entrar. No es fácil, pero el descubrimiento de nuestro mundo interior, y el de nuestro compañero constituye una de las grandezas de la vida.
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Y si no resulta, siempre se puede acoger uno a la ley universal "uno no, pero la ente..." - ¿Cómo?

martes, enero 12

Año nuevo, vida plena...

"Año nuevo, vida nueva"... Qué forma más cobarde de no enfrentarse a los problemas. Todo lo que no hemos podido superar en el anterior año entra de rebote en el nuevo y, en vez de enfrentarnos a esto, en vez de encararlo directamente, nos limitamos a citar que, al ser un nuevo año, la vida será nueva, ¿qué significa eso? ¿acaso vamos a salir cada uno de nuestro cuerpo para aterrizar en otro más perfecto? Como algo simbólico está bien la idea, pero no es más que eso, una metáfora.
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Porque luego vienen los propósitos y ahí es donde fallamos: para solucionar las cosas nos comprometemos a mejorar cierto aspecto de nuestro día a día y todo queda perfecto y redondo hasta que, de repente, nos enfrentamos con el problema que intentábamos solucionar directamente, cara a cara, y el propósito que habíamos planteado se cae por su propio peso.
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- "Yo me voy a proponer una cosa que es muy importante para mi como propósito de nuevo año pero, bueno, total, de todas formas esto de los compromisos de nuevo año al final no se cumplen y tal, así que yo lo dejo ahí y bueno, ya veremos cómo se me da,..." ¿entonces, para qué molestarse si realmente, cuando haga falta, no te vas a molestar?
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Quisiera aportar un propósito de nuevo año: que nadie decida a la ligera. Me gustaría que revisáramos, antes de decir nada, qué hace falta para cumplir eso que nos hemos propuesto. Que visualicemos qué problemas impiden alcanzarlo para encararse con ellos. De esta forma no será un proposito banal, que se queda en la nada, en lo bonito que es decirlo, sino que será realmente un objetivo claro en el que poner todo el empeño para superar. Claro está que un propósito es una ilusión que se crea, que puede terminar en inalcanzable, pero también es una meta a la que llegar y por la que luchar.
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Luchad pues con todas las fuerzas, avanzad paso firme siempre hacia adelante, viviendo cada día en pos de esas metas propuestas, viviendo en este año nuevo una vida llena de felicidad, una vida plena.