sábado, junio 26

Diez razones para la luz

Son diez años, diez, los que llevamos haciendo locuras cuerdas a la sombra de San Agustín. Diez años en los que se ha forjado la fe de todos los que hemos pasado por esta familia siempre abierta deseosa de vivir nuevas experiencias cristianas cada día con la misma ilusión que el primero.

No es fácil dar gracias a todo y a todos los que han hecho posible este milagro cristiano. Desde el más visible hasta el más escondido. Se ha creado con el trabajo de cada uno un grupo maravilloso que ha marcado nuestra personalidad, haciéndonos más fuertes en la vida y en la fe, que es parte uno de lo otro y lo otro de lo uno.

Si entraste hace poco a formar parte de nuestra familia, gracias por darnos toda tu ilusión; si ya te uniste y sigues todavía, gracias por darnos tu confianza; y si ya nos miras desde un lugar más apartado, gracias por habernos entregado parte de ti.

Y como cada uno está pensando ahora en algo que agradecer, es mejor que yo deje de hablar. Os invito a compartir vuestros agradecimientos por estos diez años con todos nosotros. Y recordad, los tímidos tienen preferencia.

lunes, mayo 17

Bienvenidos a casa

Porque la vida no es más que miel dulce que tratamos de conservar en miles de recipientes. Una miel que se resbala si no la guardamos como es debido, un líquido peguntoso que se nos adhiere a la piel, que se nos pierde con tan solo una llovizna, y se endurece con el frío.

¿Quién no quiere esa miel, ese azúcar necesario para vivir? La probamos y queremos más, pero ¿cómo conservarla? Creedme, no hay forma, se evapora como el caramelo.

En este mundo en el que nada dura (a veces, ni siquiera el amor), buscamos como locos el recipiente perfecto, sin éxito. Pero puede que exista un material, de los más resistentes, que merece la pena probar, con el que no hay que conformarse tan solo con un tarro: la familia.

Pensad que “el viento sopla hacia donde quiere”, y que ante nuestra imperfección la mejor opción es “vestirse de Amor, que es el vínculo de la perfección”. Dichosos, pues, aquellos que viven en familia, que mantienen parte de este imperfecto mundo, de esta miel, lo mejor posible.

Y a todos los que se incorporan a una nueva familia, bienvenidos a casa.

martes, mayo 11

Imposible es nada

Animación "Kiwi" (ir a vídeo).
.
Ninguna meta es imposible de alcanzar, pues si no, no sería meta, sino un imposible. Quien algo quiere de verdad, algo le cuesta, luego ¿qué quieres en realidad? Piénsalo bien, pues tu deseo es, si realmente lo es, un impulso tan fuerte que te empuja hacia la meta con una fuerza tal que a veces, ni controlas.

domingo, mayo 2

La meta muerte

Por eso no queremos ser inmortales, porque esta vida es imperfecta, lo que conlleva por siempre cosas buenas, y cosas malas. ¿Realmente quieres vivir una vida tan extensa, a costa de malos momentos? Buenos momentos también, por supuesto, pero estos, aparte de los que vienen sin más, de esos Regalos que se nos cruzan, los demás consisten en la superación de los problemas que nos surgen, de los obstáculos del camino: esa es la felicidad.

¿Cuántos caminos, pues, crees que puedes realizar, superando sus entorpecedores obstáculos, para ser feliz, siendo esto una condición que basta solo una vez serlo para, eso mismo, serlo?

Por eso nuestra meta ha de encaminarse a vivir una vida plena, siendo el final de esta la cima, el momento más feliz de todos los vividos, ya que es el que finaliza un camino por el que has luchado, en este imperfecto mundo, para que sea perfecto.

Te deseo pues, hoy, un día pleno, un día perfecto en el que, cuando llegue a su fin, justo antes de dormirte, puedas decir: “hice todo lo que tenía que hacer hoy”, y se aplique así un día más de felicidad a una vida en la que, espero, puedas decir antes de morir que hiciste todo aquello que tenías que hacer, que puedas llegar al cierre de tu vida diciendo: “soy feliz”.

domingo, abril 25

Con las gafas de "mirar bonito"

No ser feliz es para mí una tarea tan laboriosa que por cansancio acabo abandonándola.

Me resulta complicado no disfrutar de mi viaje en autobús escuchando a la gente y a la niña que dice que le quiere dar al botón de parada ella misma, aunque ya le haya dado otro anteriormente. Me es trabajoso no pensar que soy un Ferrán Adriá en potencia cuando admiro mi perfecta ensalada hecha con lechuga y tomate. Encontré bastante complicado no aplaudir cuando el otro día la reverenda hacía malabares mientras un niño recorría el pasillo central de la iglesia en bicicleta gritando a toda voz “Aleluya, Cristo ha Resucitado” y además en inglés... Me encanta decir en un restaurante que si me “pueden tomar la comanda”, solamente por el gusto de intentar que esa frase no se pierda. Y también me encanta silbar.

Como veis busco la felicidad constantemente (al igual que vosotros) y he desarrollado una capacidad especial para localizar “puntos felices” en cada acción que ocurre a mi alrededor. Es muy importante para esta tarea olvidarse la vergüenza en casa y llevarse las gafas de “mirar bonito” siempre en el bolsillo.

Pero si hay algo importante para que pueda ocurrir lo anterior es saber y recordar que todo es posible por la fe que tengo en Dios. Cuando te prometen la vida eterna y eres consciente de tal promesa las 24 horas del día es difícil no ser feliz, os lo aseguro.

Cierto es que tienen lugar acontecimientos complicados y duros muchísimas veces que torpedean mi calma, pero es también mi misión compartirlos con Cristo y con las personas de mi alrededor por la simple razón de poder disfrutar con ellos cuando tales problemas parecen mejorar.

Mi corta experiencia me ha demostrado que seguir a Dios ofrece muchas ventajas y ningún inconveniente, y eso me hace feliz. Y como me hace feliz, lo hago.

domingo, abril 18

La vida, un motivo para la alegría

La vida pasa y…. la vida pasa. No hay más. Pero ¿por qué a veces no nos basta? Cuando un niño pregunta qué es eso, señalando un bolígrafo, sólo puedes responderle que es un bolígrafo, aún volviendo a preguntar el niño: ¿por qué es un bolígrafo?…. La respuesta vuelve a ser la misma, no hay otra: es un bolígrafo, ¿qué más quieres saber?

¿Y si cambiamos la pregunta?: ¿Qué puedes escribir con eso?.... Ahí es donde radica la belleza de ese bolígrafo.

Si dejamos de aceptar la vida, la vida deja de aceptarnos. Esa es la única respuesta. Así que debemos empezar a pensar qué hacer con nuestra vida, qué escribir con ella.

Con el paso de los años, estos pesan cada vez más, pero porque se van llenando, y eres tú el que decides de qué llenarlos. Sí, habrá errores dentro de ese gran saco, pero no debe importarte si dejas sitio también para cosas buenas.

Y hay mucho que meter en ese saco: la alegría de vivir en una familia que te quiere, o el esfuerzo de construir una; amigos que te animan, con los que divertirte, con los que crecer; un grupo por el que luchar, que construir, con el que avanzar hacia adelante; unos estudios, un trabajo, una meta que alcanzar para probarte a ti mismo, para ver hasta dónde eres capaz de llegar; un servicio a partir de lo que has aprendido, una entrega, dejarlo todo para seguirle; un descubrimiento, un conocimiento que te hace feliz, una espera; un cielo, un sol, una playa, una mascota que te acompaña, un árbol, una colina, unos ojos que te miran, una sonrisa que no cambia; una vida que pasa, lentamente, contemplando el alba,….

Cierra los ojos, respira…. Esa es la vida.

lunes, abril 12

"Pon de tu parte, Él hará el resto..."

(Imagen de Israel Andrés, 1º puesto en el concurso Se busca 2010 de la web http://www.yquemasquieres.org/)