lunes, febrero 8

Largo es el camino corto

- Manuel estaba haciendo una ruta por el monte. Al principio iba tranquilo, disfrutando del camino por el que iba, observando los animales, la naturaleza, la tranquilidad,… Encontraba obstáculos, pero podía esquivarlos sin salirse de la senda, que era bastante ancha. A veces estos le retrasaban, y tuvo que aprender a reanudar la marcha.
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Un día vio una fuente en una parte más alta del camino y quiso llegar lo más rápidamente posible hasta esta, así que decidió tomar un atajo, y se salió de su ruta. Fue subiendo por la zona arbolada, pasando entre zarzales, hasta que llegó rápidamente a la fuente, y pudo beber.
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Pero no continuó la marcha. Estaba muy fatigado, y tuvo que curarse los pequeños cortes de los arbustos. Reanudó la marcha al rato hasta vislumbrar otra fuente en la ruta, pero esta vez decidió no tomar atajos, sino seguir por el camino. “Es curioso” pensó, “estoy seguro que hubiera llegado antes si no hubiera cogido aquel atajo”. -
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Toda la vida queriendo acortar las cosas y al final, terminas acortando la vida.
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¿Por qué elegimos el mal? Queremos llegar a la próxima meta y nos empeñamos en tomar atajos para llegar más rápido, pero es un error pensar que el camino largo no va a ser bonito, o no lo vas a disfrutar. Y lo que es peor, la ausencia de camino en el atajo nos retrasa, y termina haciéndose más largo. ¿Por qué entonces?

1 comentario:

  1. "Dichosos los que no se salen del camino, porque llegarán antes, y disfrutarán más del paisaje".
    Me ha pasado muchas veces que, por querer llegar antes, termino pinchándome con todo el ramaje.
    De verdad que no lo entiendo, ¿si decimos que la vida es corta, por qué no disfrutarla, quién ha dicho que es más divertido matarnos poco a poco?
    Aún así, no me arrepiento: los atajos son experiencia, y ahora sé cuál es mejor no tomar más.

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